Cada día que pasa estoy más convencido de que Dios obra por senderos misteriosos y que cuando mas complicada parece estar nuestra situación, es cuando más pendiente EL está de nosotros.
No importa si nuestra necesidad es emocional, mental, económica o espiritual, Dios toma cuidado de los suyos.
Aún cuando las cosas que pasan a nuestro alrrededor nos hacen pensar que todo está mal, Dios está en control y si algo nos acontece, o sucede en nuestro entorno, ocurre para que las profecías del fin sean cumplidas.
Jesús dijo grandes verdades proféticas en el capítulo 24 de Mateo, y todas ellas se están cumpliendo: corrupción, violencia, delincuencia rampante a todos los niveles, hambre, desastres naturales, guerras, desnaturalización o desaparición del amor (por haberse multiplicado la maldad) pero aun así, por amor a sus escogidos, la gracia de Dios sobreabunda. Aún habita entre nosotros el Espíritu Santo, quien nos consuela y nos avisa que debemos estar alertas pues en cualquier momento sonará la trompeta y la Iglesia del Señor será arrebatada.
Dios no tarda su promesa (como algunos piensan) sino que tiene misericordia y espera que muchos más aún abandonen sus malos caminos, pero todo tiene un límite, y el de la paciencia de Dios está llegando a su fin.
Si se fijan, los segundos, los minutos, las horas, los dias los meses y los años, avanzan tan rapido y son tan cortos, que pareciera que no nos alcanzará la vida, pero esto tambien tiene una explicación biblica y es la respuesta de Dios ante tanta maldad y caos EL ha hecho que los días sean más cortos a fin de que sean un poco más llevaderos, por amor a sus siervos, si así no fuese, nadie seria salvo (Mateo 24:22).
Por eso cuando mayor es mi problema o asfixiante mi situación, cuando siento que el agua me está llegando al cuello, un maravilloso sentimiento de gozo invade mi ser, pues sé que mi redención está cerca.
La pérdida de los valores sociales, familiares, morales y espirituales, el caos a nivel mundial y la desesperación global que reina en estos diías son señales inequívocas de que algo grande, muy grande está por ocurrir en el planeta y debemos estar preparados.
Ojo con esto para que no te sorprendas: Porque como relampago que sale del oriente y se muestra al occidente, así sucederá. Cristo viene, no mañana ni después: mi Señor viene Ya!
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